Qué: «CAMPO DE JUEGO» exposición individual

Artista: María Aranguren

Cuándo: 19 de marzo – 04 de junio

Comisario: Mario Guixeras

Precio: 1 €

Patrocina: Miel de la Marquesa

Campo de Juego es un proyecto expositivo que trae al MAC Florencio de la Fuente de Huete el trabajo de la artista María Aranguren de la última década y que muestra nuevas derivas con obras de 2021 y 2022, donde sus preocupaciones adquieren otros modos de hacer, que potencian la relevancia de sus procesos creativos y del diálogo permanente entre la imagen vital y etérea con lo material y lo cotidiano.

El título hace alusión al carácter paisajístico y ambiental de su pintura, que genera campos de color y construye “espacios-imagen”. Por otro lado, expone la importancia de lo lúdico y de la exploración en sus procesos de trabajo.

Un campo de juego es un entorno de proyección, determina un espacio en el que se dispone que algo suceda, bien desde la interpretación de estos cuerpos de luz y color por parte del público, bien por una reciente nueva búsqueda de la artista, que ya empezamos a ver en esta muestra.

«Tins» 2022 María Aranguren

Control y azar

El policarbonato celular es para la artista soporte y contenedor. Se trata del material fundamental y más característico en el desarrollo de sus obras (vinculado a la arquitectura), que en esta exposición convive además con otros plásticos y aluminios de muy variada naturaleza.

Las planchas de policarbonato se conforman por sucesiones de retículas huecas que Aranguren utiliza para alojar pintura u otros materiales, que discurren a lo largo de las láminas y encuentran su lugar en el interior. Su carácter de contenedor transforma hasta cierto punto al soporte en espacio, un espacio que genera una inaccesibilidad a la pintura, a lo contenido. Con ello, cuando nos enfrentamos a una de estas piezas, asistimos a un sutil diálogo entre la imagen y lo espacial, donde los fragmentos lineales, los vacíos y las capas yuxtapuestas, saben convertirse en campos de color repletos de emoción y vitalidad.

Abordar estas piezas desde el orden que ofrece el soporte, permite dar rienda suelta a la exploración, el azar y el juego. Las imágenes que resultan de ello resuenan con una potencia visual inmediata. El ejercicio de la intuición marca el hacer de la artista, que denota el anhelo de un equilibrio entre el estado caótico y el orden de las cosas como una de sus preocupaciones fundamentales.

«Rojo» 2021 María Aranguren

El tejido vital

Aranguren se sitúa en un campo de trabajo donde la pintura es ineludible, pero desde lenguajes, procesos y formas que dan como resultado obras donde lo tridimensional y lo corporal adquieren una importancia decisiva, desplazando la linde de lo pictórico y generando intensas relaciones entre las nociones de lo físico y lo intangible.

La relación entre fragmento y unidad que se da en el trabajo de Aranguren es una de las características que hacen de su obra frágil y poética, pero atmosférica y sublime al mismo tiempo. Las imágenes-cuerpo de María están empapadas en luz, destilan una ligereza inusitada, incluso en los mayores formatos. No sólo hay imagen, sino entorno, construcción, misticismo. Las planchas de policarbonato se esfuerzan por permanecer bidimensionales a pesar de cruzar sus canales en diferentes capas, para crecer así y expandir sus tramas generando tejidos, espacios de contacto y encuentro.

La contención se hace aquí más patente. La composición, lo translúcido y el orden dialogan con la potencia del color y los grandes formatos o con la puntual aparición de nuevas figuras geométricas, para ofrecernos campos de emoción y reflexión a partes iguales.

Nuevas Poéticas

Entre 2021 y 2022 María Aranguren realiza una serie de obras más experimentales, que toman como punto de partida una progresiva preocupación moral por el material plástico de sus soportes, dejando aparecer nuevas poéticas que intentan trabajar desde el residuo y la memoria material. De nuevo, intervenciones de amplios recorridos que se adaptan al espacio expositivo «Tins» 2022, se entremezclan con piezas de menor tamaño «Fósiles» 2021-22, que nos hacen partícipes de las exploraciones propias del trabajo de María.

Estas obras muestran con asombrosa sinceridad algo que siempre ha estado implícito en Aranguren: lo inevitable de encontrar belleza en lo que la rodea de forma inmediata, en su cotidianidad, ahora desde otras perspectivas, que en algunos casos adquieren un cierto dramatismo vibrante e inusual en su estética habitual.

En piezas realizadas para esta exposición, como «Tins» o «Sayonara Plastic» asistimos de nuevo, ahora desde otras posiciones, a la relación fragmento-unidad, determinada por un módulo que se repite y multiplica, conformando obras donde el sentido del ritmo y lo expansivo son protagonistas.