«ESPERANDO EL PORVENIR» DE MARIANA ALVAREZ
Cuando observo la obra de Mariana Álvarez (Almendralejo, Extremadura, 1963), esta cita del poeta Charles Simic resume mis sensaciones. “Un camino hacia ninguna parte” porque sus mujeres africanas siempre caminan, de espaldas, sin mostrarnos su identidad, cargando con las responsabilidades que la sociedad les atribuye: cuidado y sustento de la familia. Alguna se queda inmóvil en el camino, casi se gira, pierde su mirada en el horizonte. Otras discurren antes de que podamos intuir una identidad, un nombre, una historia. Y aún así, son escenas altamente evocadoras, nos transportan a un posible relato para ser cómplices de ese camino.
Kenia. Uganda. Perú. Mariana se inspira en viajes emocionales, donde se inmiscuye en el día a día, para rescatar del olvido a sus protagonistas. Miles de instantáneas que se trae guardadas en la maleta a Madrid, donde reside y crea, pero, sobre todo, fijadas en la memoria, en esa memoria vivida. Es entonces, en el estudio, donde las imágenes salen a la luz para, en una simbiosis dialéctica, mezclarse con el color de África, las texturas de la tierra árida y del desierto, el gesto de la pincelada, el color de las telas, la calidez del papel y el cartón, en un juego de transparencias y superposiciones. Las fotografías tratadas e impresas en metacrilato se funden a modo de collage sobre diferentes materiales, aportando significado y creando múltiples capas de lectura.
Cántaros de agua. Las mujeres portan la vida sobre sus cabezas, mientras llevan a sus pequeños a espaldas, en el regazo o de la mano. Siempre al servicio de su familia. Agua como vida, agua como origen. Lagos y ríos también están presentes, con pequeñas embarcaciones que evocan ese viaje, a ninguna parte.
Mariana Álvarez trabaja siempre en series, análogamente a sus viajes, aunque reitera motivos y simbología. Su imaginario personal y su quehacer artístico tiene esencia propia, trabajando con empatía y sororidad sobre la mujer africana y latinoamericana. En sus estancias allí, Mariana vive y convive, lo que se refleja en una mirada cercana y dignificadora. Y con cada elemento que ella incorpora en sus obras podemos construir significados y reconstruir historias.
Con Mariana Álvarez experimentamos artística y estéticamente para crear obras muy expresivas, que juegan con gesto, color, composición, fotografía y collage. Una pintura emocional. Una fotografía casi documental. Una obra que nos acerca a un mundo aparentemente lejano, para embarcarnos en un v iaje. Un viaje hacia ninguna parte.
